jueves, 12 de marzo de 2009

LARGAMOS

PARA LOS PADRES Nadie enseña a ser padre. Eso está claro. Desgraciadamente (o por fortuna), no hay una escuela donde aprender el ABC para mantener todos los días de nuestra vida un trato ideal con nuestros chicos. Se hace lo que se puede que a veces es mucho y otras poco. El equilibrio en nuestra relación entre calidad y cantidad dará el resultado deseado. En eso del equilibrio andamos a los tumbos cuando nos enfrentamos a un hijo que practica algún deporte, y si no lo hace, seguramente vamos a buscar la forma que lo haga. Tema de largas charlas y debates de sabios y novatos, ha sido la relación padre - hijo deportista. Y tenemos ejemplo de todas las clases y colores. Desde la esperanza sin fin de la salvación familiar frente a un incipiente talento futbolístico hasta la indiferencia total y plena de desmesura. Es de comprender como básico, que el discurso de los libros hace bien en referirse al deporte infantil como una etapa lúdico formativa que debe ser acompañada por los padres y docentes. Debería ser el axioma de referencia, la verdad indiscutible. Todo esto tiene tres etapas: primero es la de deseo. El deseo de los padres (especialmente del padre) de la corona de laureles en las sienes y los millones en la cuenta bancaria. En fin, el deseo del campeón, con el orgullo y la vida mejor que ello conlleva. La segunda etapa es la de descubrimiento. ¿Tiene talento?; ¿puede ser campeón?; también de las siguientes afirmaciones: "haceme caso a mí, yo de esto sé" (acordarse de que todos somos técnicos); "vamos, vamos...no te distraigas"; "hacé la gambeta como vos sabés"; "hoy ganás seguro". Frases célebres dichas desde el costado de la cancha sin ánimo de herir a nadie pero con una carga de compromiso terrible. Shakti Gaguain en su libro "Visualización creativa" nos plantea el siguiente dilema: nosotros queremos TENER muchas cosas, y éxito, para poder HACER lo que querramos y así SER felices. Sin embargo ella plantea la ecuación a la inversa: lo primero es SER, yo mismo, encontrar mi camino para poder HACER aquellas cosas que nos gustan. Como conclusión de ello vamos a poder TENER las cosas y el éxito que deseamos. Para llegar al éxito primero hay que ser, no hay otro camino. Los niños y los jóvenes deben tener la libertad de encontrarse a si mismos y los padres debemos ser los garantes y los guardianes de ese camino. La tercera fase es la de decepción, salvo que salga un Maradona. Una de las causas principales del abandono deportivo temprano es la presión que reciben los niños y jóvenes del entorno que los rodea. El deporte es una actividad lúdica, libre, competitiva y voluntaria, donde se juega el deseo propio y no el deseo del otro. Muchas veces los chicos miran aterrados las caras de sus padres y entrenadores después de haber cometido un error de juego. Los niños descubren en el gesto de los mayores el error de ellos y eso los pone mal. No pueden equivocarse libremente y sin conflicto, como debería ser. El tamiz impiadoso de la mirada del adulto califica y sentencia. Como consecuencia, el pibe largó o no llegó a lo que nosotros queríamos. Por ello en nuestra escuela tal vez no consigamos salir campeones nunca, porque entendemos que el fútbol es un juego y el fútbol infantil es aún más que un juego y en él deben participar todos, NO QUEREMOS QUE NADIE SE QUEDE SIN PARTICIPAR, pues seria triste que nuestro hijo llegue a casa y le preguntemos ¿ Como te ha ido Hoy ?.. Bien, pero papi hoy tampoco jugué ¡! Y para cerrar les dejamos esta poesía de Joan Manuel Serrat A menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción; ésos que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor. Esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar. Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca. Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir. Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir. Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción. Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós. “ UN NIÑO QUE GANE EL DEPORTE,……… ES UN HOMBRE QUE PIERDE EL VICIO.”

No hay comentarios: